Sellado inicial: Untá el interior del mate con un material graso (manteca o aceite) y dejalo reposar 12 horas.
Hidratación: Luego llenalo con yerba (usada o nueva) y agregá un poco de agua caliente.
Dejalo reposar entre 12 y 24 horas.
Limpieza final: Vacialo, enjuagalo bien y secá el interior con una servilleta.
Preparación inicial: Llená el mate nuevo (sin que la yerba toque la parte metálica) con yerba usada de otro mate.
Reposo: Dejá reposar la yerba durante 24 horas.
Limpieza: Retirá la yerba y raspá el interior con una cuchara.
Repetición: Repetí el proceso una vez más.
Evitar el contacto con metal: Asegurate de que la yerba no toque la parte metálica del mate para evitar humedad y posibles daños.
Retiro oportuno de la yerba: No dejes la yerba dentro del mate por mucho tiempo después de usarlo. Si aparecen hongos, tiene solución.
Limpieza de la parte metálica: Limpiala solo con agua o lustra metales. Evitá mojar el cuero.
Cuidado del cuero: Mantené el cuero lo más seco posible y evitá el contacto directo con agua.
Raspado: Después del curado, raspá el interior del mate con una cuchara para retirar restos de hollejo o residuos.
Es normal que el interior tome un color verde oscuro o negro por la pigmentación de la yerba.
Método con agua hirviendo: Llená el mate con agua hirviendo hasta el borde y dejalo reposar 1 minuto.
Tirá el agua, raspá el interior y enjuagalo bien. Dejalo secar al sol.
Método alternativo: Humedecé una servilleta con alcohol, limpiá el interior y encendé el alcohol.
Dejá que se apague solo.
Calentamiento del agua: Usá agua entre 75° y 80°C.
Cargar el mate: Llená el mate hasta 3/4 de su capacidad con yerba.
Posición de la yerba: Recostala a 45°.
Agua tibia: Verté un poco de agua tibia en el hueco generado por la yerba.
Colocación de la bombilla: Colocá la bombilla en el hueco, tapando el pico con el dedo.
Esto crea un vacío que evita que se tape durante la cebada.